sábado, 8 de octubre de 2011


A. El buen bloguero tiene un aire humanista, sabio y dialogante. Lee mucho, claro, pero lee bien. (Estoy hablando del bloguero "puro", no del escritor-bloguero que abre un blog para promocionarse, con su nombre, o tiene un blog como experimento literario, de crítica y tal.) El buen bloguero usa las redes sociales como lo que son; para, efectivamente, socializar, hablar de temas de actualidad o de libros, compartir opiniones y divertirse con ello. Y, luego, tal vez, quedar con alguien de la blogosfera en el mundo real; tomar un par de cervezas y salir a cenar, es decir, conocer gente. Es un tipo extravertido, generalmente buen profesional de lo que sea, pero con tiempo libre suficiente para dedicarle a esta tarea gratuita, escribir en un blog y opinar, opinar siempre, opinar de todo. El buen bloguero es en definitiva un charlatán. Ha visto en la red una plataforma nueva para sus devaneos. No obstante, siendo un coñazo, no deja de ser un bloguero bueno.

B. El mal bloguero sobrevive por encima de sus posibilidades. Utiliza la red para aparentar ser la persona que no es. Habla constantemente de sus méritos, como si le importaran a alguien. Generalmente firma sus escritos (o posts) con su nombre, o sus iniciales, y en su perfil exhibe una foto de sí mismo (en la que cree aparecer guapo, o por lo menos "interesante"). El mal bloguero habla de libros, claro. De todos los libros que lee o ha leído; e, inclusive, de los que todavía no ha leído pero ha leído una reseña y escribe en su blog como si hubiese leído el libro entero. Lo peor no es eso. Lo peor es que el tipo no tiene ni idea. Escribe en el blog fundamentalmente para decir que ha leído; lo dice como el turista que dice que ha estado en tal o cual sitio. Quiero decir que el mal bloguero no saca ninguna conclusión; no tiene opiniones. Simplemente lee o dice que lee; y visita luego los blogs de los escritores a los que lee para decirles que los ha leído. Lo gracioso es que solamente es capaz de decirles que los ha leído a ellos o ha leído los libros que esos escritores recomiendan en sus blogs, nada más. El mal bloguero es un tipo mediocre con un blog, un imitador. Eso sí, imita tonos, imita tics; pero como quien se pone un disfraz.

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