martes, 5 de junio de 2012

Es posible que yo ya no sea capaz
de verlo con la debida perspectiva.
Voy a atreverme a decirlo.
Uno crece como hijo en cierto sentido
queriendo resarcir al padre,
vengarlo de lo que hubiese querido
ser vengado.
Como hijo uno crece queriendo
responder a las expectativas del padre,
a sus deseos y a su estúpida grandilocuencia.
Nada de eso se cumple, claro.
De modo que uno se vuelve un tipo frustrado,
como hijo.
Cuando uno se convierte en padre
ya solamente se quiere que el niño sufra poco
o nada, que sea a su manera feliz;
a pesar de que uno cree no haber probado
la felicidad en la vida.
Y que no le hagan daño los capullos
que ya se va encontrando en el camino.
Uno quiere como padre que su hijo
sea fuerte, invulnerable,
que viva libre y sano.
Por eso creo que tal vez
yo haya estado equivocado
con respecto a mi padre.
Y tal vez haya estado haciendo el paria
buscando una afectación en él
que nunca ha existido.

2 comentarios:

  1. Esta serie, "Para creer en el amor", es un sacademonios, un exorcismo. De tan cruda y/o valiente que a menudo me saca los colores. Y no sé si eso me gusta o no.

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    Respuestas
    1. Sólo siendo padre
      se aprende a ser hijo,
      tarde y mal
      y así de simple

      Está muy bien, JM

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