lunes, 11 de junio de 2012




Rafa Nadal ya es oficialmente mejor que Björn Borg. Parece increíble. Uno nunca hubiese pensado que el mallorquín mantendría esa regularidad. Borg era un robot, alguien sin emociones aparentes. Un deportista de la frialdad, de quien se podía suponer una regularidad sobrehumana. Un superatleta, alguien absolutamente equilibrado, sin sentimientos. Luego no fue así. Su retirada prematura denotaba tensiones inaguantables en un personaje que había tenido que renunciar a mucho para conseguir lo que había conseguido. Desde adolescente había tenido que sufrir una vida monacal. A los veintiséis se enamora de una extenista y todo se acaba. Se rompe el equilibrio. Desaparece el robot. El tipo quería vivir. Varias mujeres. El intento de implantar en el mercado una marca de ropa, al estilo de Lacoste. Casi una década después, con casi cuarenta años, el tipo vuelve. Se había escrito tanto acerca de su superioridad, de lo estratosférico de su juego implacable, que el tipo se empeñó en volver para demostrarle al mundo que seguía siendo el mismo. Como si una década llevando vida de playboy no le hubiese hecho mella. Su juego, como es evidente, ya no intimidaba a nadie. Inclusive, el tipo quiso volver a jugar con su vieja raqueta de madera. Ya nadie usaba raquetas de madera. Recuerdo que un tenista mediocre, un tal Jordi Arrese, lo eliminó en primera ronda de Montecarlo, creo, cubriéndose de gloria. Pocos podían decir que habían ganado al gran Borg. Arrese ganó a un Borg cuarentón, renqueante, lento, sin físico. La victoria de su vida. El pobre Borg no se recuperó de aquello. No recuerdo si volvió a jugar uno o dos torneos más antes de retirarse definitivamente.

No obstante quedaron sus extraordinarios triunfos. Seis Roland Garros y cinco Wimbledon. Al parecer, el tipo alcanzaba la punta de forma al final de la primavera y el principio del verano. Nunca llegó a una final en el Open de Australia, que se juega en enero, y nunca ganó una final del Open de Estados Unidos, a finales de agosto. Era un tenista fundamentado en su extraordinario físico, en su capacidad de concentración, en su competitividad sin fisuras. El creador del, digamos, tenis moderno. El primero, junto con Jimmy Connors, en utilizar un revés a dos manos; el primer tenista en ganar Wimbledon sin utilizar apenas jugadas de ataque, con un tenis defensivo, los golpes muy liftados, dos metros por detrás de la línea de fondo de la pista (algo que en su momento parecía inverosímil).

Nadal utiliza el mismo esquema de juego. La base de su tenis es defensiva. Se apalanca en el fondo cuando las cosas no le salen. Hay quien dice que Nadal es una mezcla de Borg, por su capacidad defensiva, y Jimmy Connors; pues Nadal parece mucho más temperamental que Borg, tiene una mayor capacidad de atacar desde el fondo, una mayor agresividad, semejante, quizá, al temperamento tenístico de Connors.

No lo sé. Para mí el gran heredero actual de Jimmy Connors es, en efecto, Novak Djokovic. Connors y Djokovic usan golpes muy planos desde el fondo, lo que hace el juego de fondo mucho más difícil pues requiere de una mayor precisión. Además, el juego de éstos se produce dentro de la pista, abriendo ángulos desde una posición adelantada, pisando la línea de fondo y desplazándose lateralmente sobre ella. Como Agassi, como Davydenko y como tantos otros.

Nadal no es Connors. Nadal es Borg. Un Borg temperamental, campechano, simpático, sonriente. Un Borg caliente, tropicalista y natural. Un Borg mejor, tal vez. (A pesar de que nunca sabremos lo que hubiese conseguido el sueco si no se hubiese retirado prematuramente.) A saber cuál es el secreto de la extraordinaria regularidad de Rafael Nadal. Esa familia mallorquina que lo sigue a todas partes. Esa novia familiar, que parece diseñada para él, para que sepa lo que es la vida y no se vuelva loco pensando que se está perdiendo algo importante. Ese tío entrenador; entrenador desde la cuna, que una vez le inculcó aquello de que de los finalistas nadie se acuerda si no ganan las finales, o algo parecido.

Nadal es el mejor deportista español de todos los tiempos. Yo hubiese querido otro tipo de jugador. Alguien más en la línea de Orantes. Un jugador con un tenis más creativo. Menos moderno.

6 comentarios:

  1. Esa novia tan bien adjetivada por ti como "familiar", Xisca Perelló, que parece fabricada "ad-hoc" para Rafa junto a ese personaje, "tito-toni"... me parece todo tan de cuento que vivo en la espera eterna de que todo salte por los aires un día y "tito-toni" demande al campeón por temas de pasta o Xisca salga en bolas en la Interviú... no sé... en ese sentido sí lo veo como a Borg, encorsetado dentro de una perfección ¿insana?

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    1. En realidad Nadal a quien se parece es a las hermanas Williams, Venus y Serena, hasta casi tiene el mismo culo de negrata. Es decir, es un tenista 'fabricado' (sí, como todos, pero más), que no era zurdo y se lo hicieron ser, que no sabía sacar, que no sabia tal y cual...en realidad es un portento de aguante y de normalidad en alguien a quienhan forzado tanto. Xisca, en cambio, sentadita entre la mamá nadal y la hermana nadal rubias teñidas, está en realidad secuestrada por la familie, yo como menorero que soy sueño en follármela y liberarla de tanta vigilancia, morenita mediterránea de mi amor mil veces más interesante que las modelos compradas de los demás rivales. Jokovich, bah, otro que tal baila, sólo Federer, el victor mature del tenis, un talento innato, valga la redundancia, y ese que tiene los dientes como fichas de domino sin recoger, el murray, son bonitos de verles jugar. Pero yo voy con rafa, claro, aupa campeón, pero sobre tdo voy con Chisca, chisquita, carita de morita...

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  2. uno echa de menos al tenista antiguo, el que sabía compaginar la vida de playboy con la alta competición; como, en efecto, Nastase, o Vilas, o Gerulaitis, o Panatta... el tenista-playboy era un tipo hecho y derecho, que viajaba solo y usaba el tenis para fornicar con mujeres de la alta sociedad, monegascas, parisinas, londinenses, de todas partes; el tenista-playboy se jugaba una final después de una noche de discoteca... un poco de coca y a jugar... el tenista-playboy ganaba sus partidos burlándose de sus rivales, sin moverse apenas, sin sudar la camiseta, que sea el otro el que corra de lado a lado, no yo...

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    1. Sí, es cierto ¡aquellos tenistas playboys, con Nastase de prototipo!, pero también eran los tiempos en que el tenis era deporte sólo de las clases altas; cuando empezaron a jugarlo los recogepelotas, como en el golf, nos dejamos de amateurs y empezamos a jugar...en serio. Lo que se pierde en encanto elitista se gana en democracia; como en la educación, cuando sólo la recibían los jóvenes aristócratas, Grand Tour con tutor incluido, era exquisita, luego se extendió democráticamente, y lo que perdió por un lado se ganó por otro. Procesos de suma cero se llaman en la naturaleza, pero en lo social se pueden mejorar para todos y que uno y uno sume tres, aunque los conservadores de derechas no lo crean (me voy por las ramas, como mono que soy)

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    2. sí, en efecto, era un deporte de clase alta, tal vez lo sigue siendo; no obstante muchos de aquellos jugadores se hicieron a sí mismos trabajando de recogepelotas en los clubs de tenis de las grandes ciudades; recuerdo que leí hace tiempo que Nastase, por ejemplo, nunca recibió en su niñez y adolescencia una "clase" de tenis como es debido y que aprendió a jugar con su estilo heterodoxo viendo jugar a otros mientras trabajaba; algo parecido sucedió con nuestro Santana, el gran tenista-playboy a la española, el Alfredo Landa de nuestro tenis... y muchos otro

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