viernes, 25 de enero de 2013



Santiago Sierra resulta muy atractivo formalmente.

El blanco y negro y la simplicidad minimalista.

Pero es conceptual. Hace un arte reivindicativo. O político.

(Aunque todo el arte es político.)

(Pero no todo el arte es reivindicativo.)

Yo estoy de acuerdo con las tesis de Santiago Sierra.

Lo que no me gusta son sus métodos. No sé: obligar a la gente a hacer cosas por dinero, para protestar por lo jodido que es hacer cosas por dinero.

Tiene una nueva obra.

Una procesión de Merceces negros portando enormes retratos realistas de mandatarios españoles del revés.

En una entrevista se le pregunta por qué no aparece Francisco Franco, el dictador. Santiago Sierra contesta que porque lo de Franco es muy evidente. Los mandatarios que aparecen en su obra son supuestamente democráticos; no obstante, son igualmente unos hijos de puta.

Creo que, tal y como están las cosas, pocos habrá que no secunden la opinión de que los mandatarios de la democracia son una puta estafa. Unos hijos de puta a quienes lo único que les interesa es alcanzar el poder y manternerse siendo influyentes y poderosos; sin que les importe una mierda la gente, la vida de la gente a la que manipulan como auténticos depravados.

No es poco evidente la nueva tesis de Santiago Sierra. No obstante, mola que se atreva a pasearla por las calles.

Hace un tiempo, Santiago Sierra rechazó un premio nacional. Al igual que el escritor Javier Marias. (Son artistas íntegros.)

¿Quién financia las cosas de Santiago Sierra? ¿Se trata de un artista absolutamente independiente?

¿Es irrelevante su estilo de vida? ¿Vende caro?






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