viernes, 29 de noviembre de 2013




Primogénito de una familia de clase media valenciana, obligado a estudiar en un colegio religioso y adoctrinado por su padre para ser un hombre de provecho, la voz del protagonista pronto descubre al rebelde que lleva dentro. Ni doctorado en Yale o Harvard, ni novio de falleras mayores, ni encantador como su hermano, ni convencional como sus padres: estudiante de Bellas Artes, con período nihilista incluido, oposiciones aprobadas y profesor de secundaria en institutos públicos como castigo divino. Con una banda sonora propia, personalísima, a lo largo de varias décadas, esta voz, a veces dolorosamente sincera y certera, otras extravagantemente oscura, salta por la cronología de toda una vida tirando de recuerdos y reflexiones.

Con ciertas influencias de las novelas de Amelie Nothomb, José Morand se estrena en el género de la autoficción con esta Devuélveme mi noche rota. Un itinerario cronológicamente errático, vertebrado a partir de la música de su vida, el autor evoca recuerdos y reflexiones a partir de canciones y cantantes, de melodías y orquestas, de géneros y modas. Pero, inconformista hasta en la estructura de su novela, José Morand también se rebela cuando percibe la pauta de una canción por capítulo y dice que, en realidad, la música no es más que una excusa, que lo que a él de verdad le gusta es divagar. Y esa es la norma, lector, no te acomodes porque esta no es una lectura plácida, un viaje cómodo, sino un tour sideral preñado de turbulencias.

Divagaciones o no, la prosa de Morand seduce al lector desde el principio por su estructura concisa, casi de telegrama, siempre contundente. Sujeto, verbo y predicado, el protagonista escupe sus verdades y sus miedos a ritmo incansable. No importa lo mucho o poco que el lector empatice con el personaje (tendrá sus más y sus menos, eso seguro), o con su banda sonora, porque es la manera de narrar lo que va a arrastrarle de página en página, siempre curioso, siempre pendiente de las vacilaciones vitales, de la rabia, de los recuerdos desordenados y abruptos de este personaje singular y vulnerable.

Divertido (una inquietante nota de "te veo esta noche" en una pensión de mala muerte), suicida (la vida mata de su época santiaguista), conmovedoramente tierno y generoso (cuidando de su hijo), amargado (la enseñanza a su pesar), parte de una generación entera marcada por las inundaciones y los zombis de Thriller, José Morand todavía tiene aliento para carreras por las calles de Nueva York en busca del fantasma de Marcel Duchamp o descripciones tan hermosas como las de un paisaje de domingo con un violinista callejero. El autor modifica sus pinceladas precisas según el recuerdo y el momento, según la canción que suena, dolorosamente consciente de sus limitaciones para captar esos momentos.



http://serendipia-monica.blogspot.com/2013/11/devuelveme-mi-noche-rota-de-jose-morand.html

6 comentarios:

  1. Yo te conocí con los discos como ya te conté una vez y no puedo estar de acuerdo con esta magnifica crítica que te han hecho. Tu forma de escribir es adictiva sin duda. Tienes talento sin duda. Estas navidades con tranquilidad compraré tu libro. Y volveré a disfrutar de nuevo con los discos completos. No se si habrás alterado lo que era el contenido de lo que en su día fue el blog. Supongo que si.

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  2. J.M

    ... la crítica es muy chula... está muy bien escrita además... pero la que vas a enmarcar es la mía. Tú sí que sabes Morand. Ja, ja!

    Y por supuesto que prefiero a los TFC que a los Byrds. A mi el componente mitómano, imagen y tal, cool y molonidades y toda esa vaina me la suda. E imagen, al margen, como compositores Blake y Love son, para mí, extremadamente superiores a McGuinn y Clarke. Nótese que, salvo excpciones honrosas (que se cuentan con los dedos de una mano) las mejores canciones de los Byrds son versiones de otros artistas. ¿Que los tíos consiguieron un sonido propio? Sí. ¿Que no tienen ningún disco bueno de principio a fin? pues también. Bueno... para recuperarme de la perorata me voy a poner el "Songs from Northern England" que da mucho gusto, ahora que es invierno ¡Un abrazo!.

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    1. no creo que tenga nada que ver la imagen o lo cool con mi preferencia por los Byrds... atinas cuando mencionas su sonido: yo opino que lograron algo único en ese sentido; una luminosidad, una soltura, en el trenzado de guitarras que no he encontrado en otros grupos de antes o después...

      TFC son un grupo muy correcto; tal vez demasiado correcto... tengo varios de sus discos y me siguen gustando, pero no "vuelan" como los Byrds

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    2. la gran diferencia tal vez es que TFC "saben" en todo monento lo qu hacen... los Byrds, al contrario, "abrieron" el camino que luego siguieron muchas otras bandas, entre ellas TFC (recuerdo una entrevista en la que reconocian que aspiraban a lograr un sonido a medio camino de The Byrds y Sonic Youth)

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  3. en la línea de los Byrds hay una banda de los ochenta que me gusta más que TFC: The Feelies

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  4. Poner al mismo nivel estudiar en Yale y ser novio de fallera mayor es bastante genial ( y absurdo), como equiparar ciertos grupos musicales

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