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Seis o siete años después, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón son invitados a protagonizar un anuncio de Mahou Cinco Estrellas. Coinciden en el plató con Joaquín Reyes, Dani Martín, Christina Rosenvinge y Alejandro Sanz. Se toman unas cervezas, para caldear el ambiente. Todos son gente maja. La idea, según el realizador del anuncio (Juan Antonio Bayona, director de Lo imposible), es que la gente se ría un poco, comparta sus experiencias e improvise. Todo fluye este día:

Christina Rosenvinge habla de las cervezas compartidas con los míticos Kim Gordon y Thurston Moore, cuando aún eran pareja. Los norteamericanos invitaron a Christina a su pisito en el Soho neoyorquino y ella correspondió invitando a la parejita a su casa de Malasaña.

Dani Martín está emperrado en compararse con Rosendo Mercado. Evoca un concierto en una carcel. En aquel concierto, según parece, Dani Martín saboreaba una Mahou.

Alejandro Sanz se bebía las Mahous a pares con sus amigos de Ketama.

Joaquín Reyes se parodia a sí mismo: Hola, mi nombre es Joaquín Reyes y soy de Albacete. Luego se levanta y baila ridículamente mientras chupa una Mahou. Todos ríen.

Pablo Iglesias dice que fue su padre, Paco Iglesias, quien le inició en esto de las Mahous. Recuerda cómo su padre le dejó chupar la suya mientras veían un partido del Atlético de Madrid por televisión.

Errejón no sabe qué decir.

En el montaje final, Juan Antonio Bayona se da cuenta de que Íñigo Errejón no ha dicho nada. El director se plantea eliminar todos los planos del joven politólogo.