martes, 23 de junio de 2015

35

Un par de semanas después. Pedro Sánchez revisa una y otra vez los vídeos de Obama que encontró en un rastro madrileño. Vídeos de discursos de Obama anunciando el célebre "Yes, we can". Con esos modos elegantes que tanto admira Pedro Sánchez. Fragmentos de discursos con la música de fondo de Rage Against the Machine y Bruce Springsteen. Pedro Sánchez podría estar toda una mañana viendo esos vídeos de Obama. Asimilando la forma de actuar de Obama. La manera de enfatizar determinadas partes de su discurso. El momento justo en que aparece la sonrisa amplia, luminosa, del mandatario norteamericano. A Pedro Sánchez la sonrisa no le sale. El rostro de Obama pliega mejor que el suyo. Tal vez con algún retoque de cirujía plástica...

De pronto se le ocurre algo. Obama aparece en esos vídeos, en numerosas ocasiones, con una gran bandera americana de fondo. Una enorme bandera de diez o quince metros envuelve la figura de Obama. Obama enmarcado en los colores de esa bonita bandera.

Quiero una igual, piensa Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez llama por teléfono a su amigo Antonio Hernando.

He tenido una idea, Toni, dice Pedro Sánchez.

¿Qué clase de idea?, pregunta Antonio Hernando.

El día de mi presentación como candidato del partido a la Presidencia del Gobierno, dice Pedro Sánchez, en mi discurso quiero una bandera americana gigante.

¿Una bandera americana?

Sí, una bien grande, como la del presidente Obama.

No puede ser, Pedro.

No me fastidies, Toni. ¿Por qué no puedo tener una de esas banderas?

Tú no eres americano.

¿Eh?

Como mucho, te ponemos una bandera española. Pero pequeñita.

No, Toni. La quiero gigante, como la de Barack.

Veré lo que puedo hacer.

Oye, Toni, ¿la bandera española cómo es?

Es roja, con una banda amarilla en medio.

¿Quedaré bien con esa cosa de fondo?

1 comentario:

  1. A veces la imitación deja tantas huellas que solo se ve lo imitado.

    ResponderEliminar

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.